En su regreso al circuito nacional, nuestra tenimesista demostró que la perseverancia y la pasión por el deporte pueden superar cualquier pausa.
Del 29 al 31 de agosto, la ciudad de Huancayo fue escenario del Grand Prix Nacional de Tenis de Mesa 2025, competencia organizada por la Federación Deportiva Peruana de Tenis de Mesa y parte del circuito oficial de este deporte en el país. En el coliseo cerrado del Colegio Salesiano Santa Rosa, se dieron cita los mejores exponentes de diversas regiones, en un evento cargado de emoción, exigencia técnica y alto nivel competitivo.
Entre los protagonistas destacó la actuación de nuestra estudiante María José Pun Kay Aparicio, de tercero de secundaria, quien dejó en alto el nombre de la Asociación Deportiva Juan XXIII con una presentación memorable. ‘Majo’ alcanzó un total de siete medallas: dos de oro, tres de plata y dos de bronce, consolidándose como una de las figuras más prometedoras del torneo.
«En esta competencia gané siete medallas y más que intentar ganar, lo que siempre busco es dar lo mejor de mí con mucha garra. Hacía tiempo que no jugaba un torneo, así que volver a competir y conseguir estos resultados me hace muy feliz», comentó emocionada nuestra estudiante, quien regresó al circuito tras una pausa de casi un año.
El reto no fue sencillo. María José enfrentó a rivales locales que, además de su preparación, contaban con la ventaja de jugar en altura, a más de 3200 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, lejos de ser un obstáculo, la experiencia se convirtió en una motivación. «En Huancayo la pelota botaba distinto por la altura, y eso lo hacía más complicado. Pero lo tomé como un aprendizaje. Incluso hubo un día en el que no quería jugar porque estaba cansada, pero me animé y terminé ganando una medalla. Fue algo inesperado y muy especial», recordó.
A pesar de no haber entrenado con la regularidad que solía, debido a la carga académica y a sus clases de chino, la pasión por el tenis de mesa sigue ocupando un lugar importante en su vida. «El tenis es parte de mí. Siempre lo voy a tener como un hobby y no lo quiero dejar. Espero organizar mis horarios para seguir participando en más competencias este año», afirmó con convicción.

La participación de María José no solo representa un triunfo personal, sino también un motivo de orgullo para toda nuestra comunidad educativa. Su esfuerzo, perseverancia y amor por el deporte son un ejemplo para sus compañeros y una inspiración que nos recuerda la importancia de mantener la pasión y la disciplina en cada meta que nos proponemos.